Por el Dr. Antonio Las Heras

En el Pucará de Tilcara, provincia de Jujuy, argentina (edificación realizada por los pueblos originarios para vivienda y defensa) hay un edificio que por sus características arquitectónicas es único en toda la Quebrada de Humahuaca. Los investigadores coinciden que fue erigido en tiempos del Imperio Incaico para realizar en medio de esa soledad donde el cielo casi siempre permanece limpio, ceremonias rituales relacionadas con el culto a la fertilidad, los ancestros e Inti, que así denominaron al dios Sol.

Las mesas donde se hacían las ofrendas eran erigidas en piedra, como la que muestra la foto en la que hemos recreado la probable forma en que eran realizadas.

Hallazgos realizados por los arqueólogos confirman que las mesas rituales edificadas con piedras sin argamasa estuvieron levantadas en lo que era el patio central de la edificación que, los primeros estudiosos, no vacilaron en bautizar como “la Iglesia.”

Investigaciones posteriores llevaron a encontrar elementos utilizados para el consumo de alucinógenos. Estos nunca fueron usados para recreación sino que, administrados por los amautas (que eran a la vez sacerdotes, curadores y adivinos) se utilizaban para la generación de estados alterados de consciencia con los cuales quieran eran oficiantes estuvieran en condiciones para comunicarse con el Más Allá contar con predicciones sobre qué le ocurriría al pueblo en su futuro inmediato y recibir instrucciones de las divinidades en relación a lo que debían o no hacer.