Por Antonio Las Heras

    “La Parapsicología es aquella disciplina humanística que tiene como objeto de estudio a esa función netamente humana por medio de la cual nos comunicamos sin intervención de los cinco sentidos (fenómenos extrasensoriales) y actuamos en el mundo exterior sin intervención de la fuerza muscular (fenómenos psikinéticos)”, así es la definición que fue consensuada en el Documento de Buenos Aires, fruto de las deliberaciones realizadas durante el Primer Congreso Argentino de Parapsicología, reunido del 4 al 6 de setiembre de 1981; del cual este año se cumplen 40 años de su realización. 

        Aunque en la mayoría de las personas rara vez se manifiesta, este factor parapsicológico es una inusual forma de manifestación que habita en la naturaleza de los seres humanos. En cada uno de nosotros. Dicho de otro modo, lo parapsicológico hace a la esencia de la especie humana.

              Es por esto que, ya en su momento, el Premio Nobel de Medicina profesor doctor Alexis Carrel en su obra “La Incógnita del Hombre” manifiestó: `El estudio de la Metapsíquica (Parapsicología) no difiere del de la Psicología o la Fisiología. Los hombres de Ciencia no deben alarmarse por su apariencia no ortodoxa. No se pueden desdeñar los hechos por que parezcan extraños. Por el contrario, deben estudiarse. Ha llegado el momento de estudiar estos fenómenos como se estudian los fenómenos fisiológicos.”

        Cabe entonces interrogarse sobre ¿cuáles son las características que definen a esta fenomenología en sí misma? Las investigaciones que, en laboratorio, hemos realizado los parapsicólogos en diversas partes del mundo nos permiten presentar una serie de sorprendentes aspectos:

  1. —La actividad parapsicológica es indiferente a la distancia y a cualquier tipo de límite material.

Para la fenomenología extrasensorial (clarividencia, telepatía y precognición) no existen barreras conocidas. Se produce aunque se introduz­ca al dotado o paragnosta (llamamos así al emisor) en una cápsula de plomo (que aísla de la radiactividad) o en una jaula de Faraday (a cuyo interior no llegan las ondas radiales y televisivas). Ténganse presentes los exitosos experimentos de percepción extrasensorial realizados por Edgar Mitchell (sexto hombre en pisar la Luna), desde la Apolo XIV – a 300.000 kilómetros de distancia – con personas que se encontraban en la Tierra.

  • — Es independiente de la cantidad de sujetos intervinientes.

Un fenómeno parapsicológico no varía si se aumenta o disminuye el número de sujetos participantes en una experiencia. Lo que permanece inalterable — aclaremos — es la intensidad de este suceso. El condicionamiento psicológico varía a medida que se van sumando personas al experimento.

  • — Depende de las características de personalidad del sujeto.

Según comprobadas experiencias, la captación y transmisión de orden extra sensorial se producen con mayor facilidad en individuos extravertidos. También está íntimamente vinculado a los condicionamientos psicológicos que cada persona presenta.

  • — Es independiente de variables físicas y fisiológicas.

La fenomenología parapsicológica se transmite de una manera por la cual accede tanto contenidos inconscientes como a la conciencia. Pero no pareciera que esta comuni­cación se produzca mediante la red neuronal. Se vale – en todo caso – del sistema nervioso como agente transmisor, pero no radica allí la causa o el origen que ocasiona el hecho extrasensorial. Por eso se afirma que el factor parapsicológico es de naturaleza “no física.” Aunque, claro está, interactúa con los físico tal como puede comprobarse en los fenómenos psi kinéticos (polterteist y fantasmogénesis, por ejemplo.)

  • — Tiene independencia de acción.

Actúa espontáneamente. Se manifiesta sin que la persona lo desee, necesariamente, en forma consciente. Suele producirse especialmente en sueños, pues allí la psique está regida — en particular — por sus estratos más profundos.

  • — Es independiente del tiempo.

No está afectado el fenómeno parapsicológico por las limitaciones del tiempo presente. Podríamos decir, a modo de metáfora, que este factor extiende sus brazos hacia el pasado y el futuro. O mejor aún: que está inmerso en el océano temporal. Las más serias investigaciones indicaron que por medio de la precognición, lo extrasensorial puede describir con acabada precisión sucesos que recién tendrán lugar dentro de varios siglos. Un ejemplo popularmente conocido es el de las predicciones de Michel de Nostradamus. Pero no es el único. En la Argentina tenemos los vaticinios de Benjamín Solari Parravici, un extraordinario paragnosta del siglo XX.

7 .—Prescinde de la materia.

Al no tener vinculación con lo temporal es comprensible que tampoco esté atado a limitación física o material alguna. Esto significa que, para manifestarse o transmitirse, prescinde de cualquier sistema como podrían ser las ondas (en casos de emisiones sonoras) o los corpúsculos (en la transmisión de energía lumínica).

Tras esta reseña de las características de la fenomenología que investigamos corresponde recordar aquello que nos enseñaba quien fuera uno de nuestros maestros en el campo de la investigación parapsicológica experimental – el Lic. Enrique Novillo Paulí quien dirigió el Instituto de Parapsicología de la Universidad del Salvador, en Buenos Aires – que explicaba que merced a esto podía hacerse una definición más clara e inequívoca sobre cuál es el objeto de estudio de la Parapsicología. Porque aquello que prescinde del tiempo, la distancia y la materia sólo puede tener una definición filosófica. Es el espíritu. La Parapsicología es – entonces – la Ciencia que tiene como objeto de estudio al espíritu que es uno de los elementos constituyentes de la condición humana y es la que se ocupa de demostrar no sólo su existencia sino describir las manifestaciones y efectos que de él emanan.

Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, filósofo y escritor. Actualmente preside la Asociación Argentina de Parapsicología (AAP) e mail: alasheras@hotmail.com