Por Antonio Las Heras
El 12 de agosto de 1932, el Dr. Fernando Gorriti, pronuncia en el Instituto Popular de Conferencias de la Prensa una conferencia titulada “Las fuerzas Metafísicas”. La misma es publicada en la edición del 1 de setiembre por “La semana médica.” (1.-)
Gorriti expone en la misma sobre ciertos fenómenos considerados popularmente como “sobrenaturales”, como el del espiritismo surgido en los Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX y que, de inmediato, encontró gran aceptación en Europa. Tras extenderse en una serie de ejemplos, postula la necesidad de interesarse seriamente en este tipo de acontecimientos destacando que es a los psiquiatras a quienes les toca investigar tales fenómenos de orden metapsíquico. En los párrafos finales hace referencia a que hay “algo indiscutible” que les ocurre a estas personas, proponiendo denominarlo “Parasicología de la vida cotidiana”, incluyendo en ello a los presentimientos. Cabe subrayar que, para Gorriti, estos hechos cotidianos podrían estar motivados en la existencia de pensamientos inductores e inducidos, espontáneos, involuntarios o no, producidos a distancia, como, ignorados en su acción y origen. Dicho de manera más precisa, les otorga un origen parapsicológico. Coincidiendo en esto con lo expresado por Sigmund Freud cuando se refiere a la existencia de transmisión de pensamientos a distancia.
El 29 de setiembre de 1933, Fernando Gorriti presenta una comunicación en la Sociedad de Neurología y Psiquiatría, titulada “Delirio espiritista.” La versión completa de la misma aparece en la revista “La Semana Medica” con fecha 8 de marzo de 1934. (2.-) Allí refiere que lo que ha sido descripto como “delirio espiritista” fue estudiado – hasta ese momento – de manera muy rudimentaria. Para este investigador “el delirio espiritista” debe considerarse como una variedad clínica de la paranoia crónica y que, como tal, nunca puede ser la consecuencia de la actividad más o menos excesiva de los médiums mientras permanecen en estado de trance (hoy denominados estados alterados de consciencia), que constituyen simplemente fenómenos francamente histéricos.
Considera, por ende que la doctrina espiritista sirve sólo de estructura al delirio en cuestión, que Gorriti lo estudia como delirio sistematizado crónico.
Luego expone casos de personas, considerados médiums e incluso muestra fotografías sacadas por estas personas para mostrar los espíritus.
En septiembre del año 1933, el La edición de La Semana Médica de fecha 27 de septiembre de 1934 publica un artículo del doctor Dr. Albérico S. Lagormarsino, brinda una conferencia sobre “Introducción a la Metafísica, consciente y subconsciente”. (3.-) Sostiene en este artículo que el hombre siempre se admiró ante la contemplación de todo lo que existe, pero su mayor admiración es ante la contemplación de sí mismo. Explica y sintetiza la formación y función del sistema nervioso, principalmente, la corteza cerebral. Sostiene que le asiento de la actividad voluntaria, el consciente se halla en el momento neoncéfalo. Las regulaciones afectivas toman asiento en el mesencéfalo. Distingue en el plano consciente, dos zonas: 1) Consciente propiamente dicho, caracterizado por la atención; 2) Preconsciente, en el que están depositados las imágenes mentales. Describe que el plano inconsciente comprende: los instintos, afectos, intuiciones y los fenómenos supranormales. Sostiene, luego, que las relaciones existentes entre las funciones psíquicas y las corporales están enlazadas por medio del sistema nervioso y el sistema endócrino. Esto se puede ver claramente ante lo expuesto por Dumas (4.-), quien afirma – de acuerdo a las investigaciones realizadas – que no hay emociones que no repercutan en las funciones orgánicas. El miedo, por ejemplo, hace palidecer la cara, seca la garganta, provoca trastornos intestinales, etc.
Lagomarsino, en su artículo, describe a la Metapsíquica (término con que entonces se denominaba a lo que actualmente es conocido como Parapsicología), a la cual divide en Metapsíquica Objetiva y Metapsíquica Subjetiva, correspondiendo a la primera, el análisis de los fenómenos externos, perceptibles por nuestros sentidos y a la segunda el estudio de los fenómenos inteligentes.
Admite que todo ser humano posee en mayor o menor grado, facultades criptestésicas (las que la Parapsicología bautizó como fenómenos extrasensoriales: clarividencia, telepatía y precognición.) Luego se pregunta dónde estará el eslabón que une los fenómenos psíquicos a los metapsíquicos. Esta diferenciación es muy importante pues denota que el autor entiende que los acontecimientos metapsíquicos son de naturaleza diferente a los psíquicos. No pertenecerían, entonces, los primeros al mismo aparato que los segundos. Empero, deduce el autor que ha de existir alguna forma de interrelación entre ambos. Por ello sostiene que así como la Fisiología trabaja en relación con la Psicología, éstas, deben abrir sus puertas para trabajar conjuntamente con la Metapsíquica, y que el ser humano logrará llegar a una armonía en la medida en que logre penetrar y estudiar los aspectos más profundos de su esencia.
Referencias:
(1.-) Gorriti, Fernando. La Semana Médica – (1/9/1932) Págs. 575 a 582
(2.-) Gorriti, Fernando. La Semana Médica – (8/3/1934) Págs. 743 a 752
(3.-) Lagomarsino, Alberico S. – La Semana Médica (27/9/1934) Págs. 985 a 993.
(4.-) Dumas, George. (1866/1946) Destacado psiquiatra francés, profesor en la Sorbona y creador – junto con Pierre Janet – de la Revista de Psicología Normal y Patológica.