Por el Prof. Dr. ANTONIO LAS HERAS

Se hace absolutamente necesario que los parapsicólogos analicemos nuestro objeto de estudio mediante la claridad que sólo pueden proporcionarle adecuados enfoques filosóficos. Caso contrario caeremos en el desacierto prejuicioso de sustentar la creencia de que la Parapsicología sólo es Ciencia si cumple con aquellos parámetros que se exigieron para construir el andamiaje científico de fines del Siglo XIX y buena parte del Siglo XX; pero que ya resultan inadecuados para las necesidades que plantea este Tercer Milenio.

Mario Bunge

Así tenemos el caso del Dr. Mario Bunge, acaso el autor argentino – radicado hace décadas fuera del país – más empeñado de demostrar que la Parapsicología es superstición disfrazada de Ciencia. Muchos universitarios y algunos no graduados (particularmente los agrupados entre los autodenominados “escépticos”) han seguido repitiendo sus dichos. Ningún parapsicólogo, al menos hasta donde tenemos conocimiento, ha hecho escuchar su voz aclarando los errores en que incurre Bunge. Mientras tanto, es interesante advertir que la conducta imprudente de este pensador no se limita a la Parapsicología, avanzando sobre otras ciencias en las cuales sí se alzaron voces clarificadoras. Al respecto recordamos lo señalado por el Dr. Juan H. Hunziker, profesor titular de Genética de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires e investigador superior del Conicet, “… el filósofo Mario Bunge (que escribe sobre cosas que sabe, y de las que no sabe también)…” Resta, entonces, a los parapsicólogos definir la cuestión. Nosotros, por el momento, transcribimos algunos párrafos de autores que – a nuestro juicio – marcan desde donde debe darse el debate

Ing. Agr. Juan H. Hunziker
Presidente de la Sociedad Argentina de Genetica 1970 – 1972

En primer término transcribimos al filósofo triversitario Prof. Dr. Miguel Herrera Figueroa denunciando cuando recién iniciaba la década del ochenta: “… las tendencias racionalistas impuestas por la educación tradicional universitaria, y las tendencias materialistas enceguecidas por un progresismo obnubilador, por lo parcialistamente totalitario.”

Prof. Dr. Antonio Las Heras junto
al Prof Dr. Miguel Hererra Figueroa

En relación a la validez de los experimentos en laboratorio como método de conocimiento de la verdad, el psiquiatra suizo Carl G. Jung, creador de la Psicología Profunda, señala ya a mediados del Siglo XX, de manera que la cuestión no es para nada nueva: “El experimento, sin embargo, consiste en platear una cuestión determinada que excluya en todo lo posible cualquier cosa molesta e irrelevante. Pone condiciones, se las impone a la Naturaleza y, de esta forma, la fuerza a dar respuesta a una pregunta concebida por el hombre. … El funcionamiento de la Naturaleza en su totalidad, sin restricciones, está excluido por completo”.

Carl G. Jung

A su vez el destacado antropólogo Prof. Dr. Luis Fernando Rivera, igualmente desde el trialismo, a puesto en punto – con sólo tres frases – la cuestión no únicamente para el problema de la Parapsicología sino para todas las demás disciplinas humanísticas. Escribió Rivera hace treinta años: “Los científicos están en la sospecha que alguna vez tendrán que cambiar todas las reglas de la ciencia. El reduccionismo determinista está en crisis con respecto a las ciencias consideradas exactas. ¿Qué pensar entonces de las ciencias humanas supeditadas de hecho a las anteriores y que se mueven en el terreno incierto de la temporalidad, la cualidad y la libertad?”.

C. G. Jung, uno de los sabios de este siglo que más profundamente consiguió conocer la mente humana, estuvo convencido de que el razonamiento depende mucho más de las poco frecuentes funciones irracionales del conocimiento como son la sensación y la intuición, que de la deducción en base a los datos aportados por los cinco sentidos. Los datos aportados por las sensaciones así como las percepciones mediante contenidos subliminales, comúnmente conocidas como “intuiciones”, “corazonadas” o “sexto sentido” no son tenidos en cuenta por los científicos ortodoxos. Aunque debería aceptarse que se trata

de otra forma de conocimiento y, por ello, muy tenida en a junto al racionalismo.