Por Antonio Las Heras

Uno de los hechos que, con más precisión y elocuencia, nos muestra la realidad del factor parapsicológico es la evidencia de que la cantidad de aciertos en cada juego con las láminas Zenner suele disminuir conforme vamos tomando varios seguidos y sucesivos a un mismo sujeto. Esto es, en la medida que hay regularidad se produce el aburrimiento, decae el interés del sujeto y la cantidad de aciertos disminuye hasta a aproximarse a lo esperado por azar.

Resulta razonable, entonces, pensar que sí existe un vínculo entre los intereses conscientes y la producción de la fenomenología extrasensorial que surge de manera inconsciente y espontánea, no voluntaria. Pero, como apreciamos, la existencia de una “barrera” producida por un hecho consciente (falta de interés, aburrimiento) conduce a que lo parapsicológico no se manifieste. Para conseguir que aumenten los aciertos se hace menester incluir elementos sorpresivos, que renueven la aplicación del test y que hagan que el individuo no consiga aburrirse.

Nuestra experiencia demuestra que existen algunos comunes denominadores en este sentido. Por ejemplo:

a) Anunciarle al sujeto que se le administrarán sólo dos juegos más. O que ésos son los últimos. La cantidad de aciertos que iba en declinación, mejora.

b) Al concluir cada juego confeccionar la tabla de aciertos delante del sujeto. Eso lo entusiasma. Siempre y cuando tenga un número de aciertos que le resulten atractivos, incentivadores. De lo contrario llegará a deprimirlo. Aquí intervienen las características psicológicas del sujeto. Si es una personalidad competitiva al obtener bajo número de aciertos contribuirá a que intente predisponerse para mejorar. Esto le obligará a un esfuerzo. Tras la realización de tres o cuatro juegos seguidos se cansará bastante. En nuestras experiencias hemos obligado a algunos sujetos a realizar 10 juegos consecutivos.

c) La presencia de un tercero mientras se administran los test es elemento útil para provocar la sorpresa. Particularmente si se comenzó trabajando en soledad y, luego, el tercero irrumpe abrupta o inesperadamente. Si se conocen las características psicológicas del sujeto será posible determinar de antemano si el tercero ayudará a aumentar la cantidad de aciertos por juego o si su presencia actuará en el sujeto produciendo temor, lo que se suele manifestar en el juego con una drástica disminución en la cantidad de aciertos, inferiores – inclusive – y esto es lo interesante, al promedio del azar. O sea, PSI se manifiesta negativa.

En líneas generales puede afirmarse que cualquier cosa que irrumpa inesperadamente durante la toma de test (especialmente si se obliga a que el individuo se esfuerce) conduce a variaciones en los resultados. Esto sirve tanto para los test psicológicos como para los parapsicológicos. Lo que, por otro lado, lleva a determinar así la existencia de un punto de lo que podemos llamar “una relación de dependencia” entre el factor parapsicólogo y el psiquismo de la persona. Tal como sucede en lo psicosomático.

Pero, debemos preguntarnos, ¿qué es lo que hace que lo extrasensorial se manifieste después de cada sorpresa? Porque convengamos que sea a causa del aumento en la cantidad de aciertos por cada juego más allá de lo esperado por azar o de la disminución a cantidades que tampoco pueden ser explicadas por el azar, el factor parapsicológico está actuando.

En el primer caso podemos considerarlo “la forma positiva.” Produce el acierto.

En el segundo sería “la forma negativa.” Actúa de manera tal que hace errar el acierto. Se niega a que llegue a la consciencia la respuesta correcta, suplantándola por una equivocada deliberadamente. ¿Por qué sucede esto? ¿Es debido a que se está mostrando su disconformidad por algo? Por ejemplo, que el hecho sorpresa ocurrido le perturbó. ¿Pero esto no es un asunto psicológico? Efectivamente. Una vez más se advierte que es el psiquismo – nos referimos a lo inconsciente específicamente – lo que mediatiza el índice de respuestas correctas e incorrectas.

Pero nos queda sin responder otra pregunta. ¿Por qué el factor sorpresa favorece a la actividad PSI siendo ésta espontánea e inconsciente?

Entendemos que esto se debe a que toda sorpresa conlleva en el sujeto que la recibe a producir una regresión fetal de mayor o menor intensidad. Sorpresa es novedad. El individuo debe acomodarse para actuar frente a esa novedad. Novedad exige reacomodamiento. Por lo usual la persona humana no se reacomoda fácilmente ante un acontecimiento repentino, inesperado… Entonces, aunque sea por un instante casi imperceptible aún para su propia consciente, hay una búsqueda de regreso a la época intrauterina. Búsqueda inconsciente, claro. Pero que sirve como defensa al sujeto frente a la sorpresa ocurrida.

Siguiendo las propuestas del médico psicoanalista Arnaldo Rascovsky (1907/1995) conocemos que para que haya producción de fenomenología parapsicológica debe existir una regresión fetal. Aunque sea minúscula. ¡Ese es el motivo por el que la introducción del factor sorpresa beneficia a la acción de la potencialidad parapsicológica en el mundo exterior!

Podríamos preguntarnos ahora: ¿Pero dónde se produce esa regresión mientras se administran los primeros test Zenner, cuando el sujeto hace, quizás, buenos aciertos? Es que allí está actuando el factor sorpresa. Porque el sujeto es la primera vez que hace el test. Lo que confiere novedad. O porque, como nuestra experiencia lo demuestra, cada vez que se reacomoda para iniciar un nuevo día de trabajo, tiene expectativas que desea satisfacer. Esto también confiere la presencia de la novedad.

Ahora bien, si se practica la experiencia diariamente, y el sujeto se comporta como un asalariado que cumple una labor comercial, es muy probable (ver las investigaciones del pionero Joseph B. Rhine, 1895/1980) que surja el aburrimiento y con éste la disminución de aciertos hasta lo esperado por azar. Entonces el operador se ve obligado a introducir novedades. Con lo que hemos vuelto a la situación anterior.

Cabe también que el sujeto no pase de lo esperado por azar a causa de que se encuentra en un mal día. ¿Qué es esto de mal día? ¿No se trata de una excusa para alterar los cálculos estadísticos a favor del parapsicológico? No. De ninguna manera. Ocurre que si el sujeto tiene un grave problema que lo preocupa, esa situación lo distrae, no permitiéndole concentrase en la experiencia en sí misma. Hay una barrera intermedia que es su orden de prioridades. Para ese sujeto es prioritario, ahora, remediar el problema que está siendo objeto de su especial atención.

Sin embargo, bastará con que se le ayude a olvidar el problema – sea distrayéndolo con otra cosa, o encontrándole una solución – para que los mecanismos extrasensoriales vuelvan a presentarse. ¿Pero no subsiste el problema? Si se lo distrae no sigue vigente en lo inconsciente? Si se lo solucionó, es claro que el problema desaparece, con lo que se llega a la normalidad de trabajo. Pero si sólo se pudo distraer al sujeto, hacer que – momentáneamente – se “olvide” del asunto, entonces, sigue vigente en el mundo intrapsíquico. ¡Pero actúa igualmente el factor parapsicológico!

Aunque el problema haya desaparecido de la conciencia y quede reducido a lo inconsciente personal. Esto hace pensar que si la barrera no es consciente, lo extrasensorial actúa sin dificultad. Porque, al fin y al cabo, lo inconsciente personal se encuentra inundado de cosas problemáticas por lo que fueron reprimidas o censuradas. Y si ello fuera causa de impedimento, lo sería siempre. El problema, para impedir la acción de lo parapsicológico debe ser consciente. De lo contrario, actúa. Resulta imposible frenar su irrupción.

Cabe, llegado a este punto, formular otra cuestión: ¿Y si existe una preocupación en el sujeto no fomenta ella la regresión fetal? ¿Y si fuera de esta forma por qué no tiene lugar el suceso parapsicológico?

Hay un desacierto en este planteamiento. No es así como suceden las cosas. Si existe una preocupación, el problema ya es conocido y hay un intento de solucionarlo conscientemente por parte del individuo. Cualquier búsqueda de regresión fetal que pueda haber habido en el momento de recibir la sorpresa generada por el conocimiento del asunto que ocasiona la preocupación ya ha desaparecido. En el momento de tomar conocimiento sí se produjo, seguramente, la búsqueda de pasar al estado de regresión fetal. Pero el individuo, superado ese trance, busca otro tipo de solución. El individuo ha decidido salir del útero para enfrentar el problema. Quiere poner una solución. Su mente está trabajando para encontrarla. Entonces no puede dedicar energía a otros intereses que han quedado como secundarios. Entre ellos, la actividad parapsicológica. Su mente se ha vuelto monotemática. Hasta que no se solucione el problema no permitirá la irrupción en la conciencia de otra cosa. ¿Y es que lo parapsicológico no está funcionando? ¡De ninguna manera! Es posible que continúe activa. Pero no se le permite acceder a la consciencia. En el caso que relatábamos precedentemente era el propio factor parapsicológico condicionado por el psiquismo inconsciente lo que impedía acertar, la que eludía el acierto. Aquí es diferente: la conciencia forma una barrera que impide la llegada a ésta del conocimiento parapsicológico, extrasensorial. Esa barrera se consigue inundando todo el mundo consciente con un único interés, ajeno a lo parapsicológico.

Por esta razón una preocupación o sea un tema que para la persona es de interés prioritario, impide la aparición de resultados significativos en el test Zenner. Ni superiores a lo esperable por azar, ni inferiores. Sin significación en concreto. No es que el factor parapsicológico haya dejado de actuar. Tampoco es que el sujeto esté aburrido. Es que se encuentra interesado en otra cosa. Ha desplazado su energía hacia otras búsquedas. De esta manera impide que lo extrasensorial acceda a su conciencia.

Aquí también, de acuerdo con esto, encontramos una complementariedad que señala la subordinación complementaria que existe entre lo parapsicológico y lo psíquico. Si el factor parapsicológico fuera absolutamente independiente aparecería en la conciencia – en la forma de cantidad de resultados fuera de lo esperable por azar – a pesar de la preocupación existente en el sujeto. Pero no sucede de ese modo.

Antonio Las Heras es cofundador y actual presidente de la Asociación Argentina de Parapsicología y del Instituto Humanístico del Río de la Plata. Presidió el Primer Congreso Argentino de Parapsicología (Buenos Aires, 4 al 6 de setiembre de 1981.) e mail: alasheras@hotmail.com