Desde los inicios hasta el año 2001

Escribe Antonio LAS HERAS

La Argentina tiene – desde siempre – un destacado papel en el crecimiento mundial de la Parapsicología como ciencia humanística y siempre ha estado al frente de su investigación y enseñanza en América Latina. Algunos ejemplos. Cuando esta ciencia nacía como tal en 1932 al fundarse la primera cátedra y laboratorio en la Universidad de Duke (E.E. U.U.) a cargo del Dr. Joseph Banks Rhine, aquí en la Argentina, y más precisamente en la Ciudad de Buenos Aires, ya se hacían experimentos en el Hospicio de las Mercedes entre médicos bajo la dirección del célebre psiquiatra Prof. Dr. Gonzalo Bosch. Algunos años después, uno de sus más brillantes discípulos, el Dr. Fernando Gorriti, escribía en La Semana Médica que la etiopatología de algunas enfermedades mentales había que buscarla en la recepción de pensamientos ajenos inducidos a distancia. Esto es: por vía telepática. Mientras era presidente de la república el Dr. Arturo Illia, nuestro país llegó a contar con seis cátedras universitarias de Parapsicología; un hecho sobresaliente y – de acuerdo a nuestros conocimientos – único en el mundo. La mayoría de dichas cátedras, tras el golpe de estado del dictador Juan Carlos Onganía, fueron disueltas tras el cambio de programas de estudios en las carreras de Psicología. Empero, quedaba en claro que apenas iniciada la segunda mitad del Siglo XX, los investigadores argentinos en ciencias humanísticas comprendían que la Parapsicología es una Ciencia que no puede ser ignorada por quienes practican la Psicología a efectos de una correcta y adecuada comprensión de las causas que motivan la conducta humana.

Uno de los momentos cumbres de la Parapsicología en la Argentina ocurrió en 1981 cuando, del 4 al 6 de setiembre, se reunió el Primer Congreso Argentino de Parapsicología – que tuve el honor de ser elegido para presidir – del que fueron expositores figuras de la talla del filósofo triversitario Miguel Herrera Figueroa (rector de la Universidad Argentina John F. Kennedy que contaba con una cátedra de Parapsicología obligatoria en la carrera de Psicología), Dr. Arnaldo Rascovsky, Dr. Juan-Jacobo Bajarlía, Prof. Dr. Aldo E. Imbriano, Dr. Samuel Tarnopolsky, Dr. J. Ricardo Musso, Psic. Mirtha Granero, Prof. Dr. Vicente Rubino, Lic. Enrique Novillo Paulí, S.J. (director del Instituto de Parapsicología de la Universidad del Salvador), Prof. Dr. Eduardo Mas Colombo y Dr. Oscar González Quevedo, S.J.

De sus deliberaciones surgió el “Documento de Buenos Aires” donde se brinda una exacta definición de la Parapsicología. “Es aquella ciencia humanística que se ocupa de investigar con metodología acorde al marco científico general, el potencial parapsicológico por medio del cual nos comunicamos sin intervención de los cinco sentidos y actuamos en el mundo exterior sin auxilio de la fuerza muscular.”

El año 2001 también tuvo características sobresalientes en Parapsicología. Esto queda evidenciado en las actividades realizadas tanto en el Instituto de Parapsicología como en el Instituto Humanístico de Buenos Aires. En ambas entidades se destacó la investigación experimental realizada por el Prof. Naum Kreiman, quien fue, durante décadas, el mayor investigador experimental del mundo hispano parlante. Los trabajos de Kreiman, ese año, fueron diferentes a muchos otros que tenía concretados y publicados anteriormente. En esa ocasión utilizó a personas que se encontraban en diferentes puntos de la ciudad mientras él mismo hacía de “agente emisor”. Los resultados de las investigaciones, que combinan dos fenómenos extrasensoriales: clarividencia y telepatía, fueron analizados a través de la investigación estadística mostrando resultados que – una vez más – demuestran que los seres humanos contamos con una capacidad – poco utilizada – que permite alcanzar conocimientos vedados a los cinco sentidos usuales.

En enero de ese año sucedió otro hecho de gran relevancia. La Federación Mundial de Parapsicología, decana de las entidades que agrupaba en los cinco continentes a profesionales de la materia, tras realizar sus elecciones designó – por primera vez – a un argentino para presidirla. Las cargos quedaron ocupados de este modo: Presidente: Prof. Dr. Antonio Las Heras (Argentina); Presidente Honorario Vitalicio: Prof. Dr. Ramón de Aguilar Merlo (España); Vicepresidente: Dr. Oscar Rafael Padilla Lara (Guatemala); Secretaria: Rose Marie Paz Wells (Perú); Tesorero: Ing. Enrique Rodríguez (Brasil). Por vez primera desde su fundación los principales cargos directivos de la federación son ocupados por latinoamericanos.

Asimismo, durante 2001 continuó publicándose en la Argentina la más antigua e importante revista especializada de Hispanoamérica, que es la reconocida “Cuadernos de Parapsicología” siempre dirigida por la Dra. Dora Ivnisky.