Entrevista publicada  por el diario El Atlántico (Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, República Argentina) el 27 de octubre de 2006
Para darse “Permiso para una vida mejor”
Antonio Las Heras pasó por la ciudad para presentar su libro
en el marco de la Feria del Libro que se realizó hasta el fin de semana pasado.
MAR DEL PLATA: El doctor en Psicología Social por la Universidad Kennedy, Antonio Las Heras, estuvo en la ciudad para presentar su último libro “ Permiso para una vida mejor” (Editorial Atlántida, Buenos Aires, 2005)  en la Feria de Llibro “Mar del Plata – Puerto de Lectura”.
 La quinta publicación de Las Heras es una guía para el desarrollo del poder mental y la creación del pensamiento positivo. El presidente del Instituto Humanístico Buenos Aires presenta en este libro un sistema único que, en 25 años de estudio e investigaciones, ya sirvió para más de 20 mil personas en América Latina y Europa aprendieran a cambiar su vida.
 Con métodos y técnicas muy simples y que pueden ser practicados por cualquier persona, la  obra propone transformar las programaciones mentales negativas en positivas. “Además de un manual de autoayuda, pretende ser una guía para el desarrollo del pensamiento positivo. Propone ejercicios y métodos simples, concretos, al alcance de cualquiera para revertir el pensamiento negativo”, explica Antonio Las Heras.
“ Cuando  la persona piensa que no esta capacitada para hacer cosas, que no puede concretar sus deseos positivos de visa, hay que reprogramar la mente en positivo de manera tal que los deseos que uno tiene como metas, como ambiciones, se puedan convertir en un hecho concreto y no en permanentes frustraciones”, agrega.
-¿Influye en la sociedad en ese pensamiento negativo de los individuos?
–          En primer lugar, la sociedad argentina tiene mucho de espíritu derrotista, mucho de “no se puede”. En segundo lugar tiene mucho de facilísimo. Hay que desterrar toda idea que tenga que ver con el facilísimo. En el libro insisto mucho en la diferencia que hay entre lo simple y lo fácil. En general, todo lo que el ser humano se propone, es simple, se puede concretar, lo que pasa es que no es fácil, no es gratuito. En general todo lo fácil y gratuito termina mal.
-Últimamente la gente se ha volcado mucho a este tipo de libros de autoayuda ¿Por qué cree que sucede?
– Esta idea comienza hacia la primera mitad del siglo pasado. Después de la segunda guerra mundial había una ilusión de que la ciencia y la tecnología iban a ser la panacea, que nos iban a permitir vivir en una armonía fabulosa, que se iba a trabajar menos, que se iba a vivir mil años, que no iba a haber enfermedades, que la gente iba a ser muy feliz. Es muy interesante recordar todo lo que se imaginaba en lo ´50, los ´60 respecto a lo que iba a pasar cuando llegáramos al 2000. Y no pasó casi nada de eso. Entonces, en la segunda mitad del  siglo XX hubo un descorazonamiento, una desilusión, una desesperanza, de que la ciencia tecnología nos pueden permitir ver lo más lejano del universo, conocer el genoma humano, pero no nos pueden dar la felicidad, la armonía, las ganas de vivir, la sanidad en los tres niveles: espiritual, material, intelectual. Y yo estoy seguro de que a partir de esas desilusiones esas desesperanzas o descorazonamiento, la gente empezó a buscar otro camino. Un Camino personal, individual y más honesto. Hay en todo Occidente un reverdecer por las cuestiones espirituales. También hay un regreso a los cultos,  a la búsqueda de lo trascendente, a la idea de algún principio ordenador que le dé sentido a la vida y esto está enmarcado en lo que llamamos autoayuda.
¿Considera que esta tendencia puede ser una moda y que con el tiempo el interés de la gente por estos temas se esfume?
–  “Permiso para una vida mejor” es mi quinto libro de autoayuda. El primero data de 1989. ¿Una moda que dure un cuarto de siglo y que sigue pujante? Y no sólo en la Argentina sino también en países que materialmente están muy bien sin. Embargo el interés por los libros de autoayuda, por los temas espirituales y esotéricos sigue creciendo. Sería muy difícil explicarlo como una moda algo que lleva un cuarto de siglo.
-Tampoco se puede negar que es un negocio…
No niego que también está impulsado por el marketing. Es un buen negocio. Pero además que es un buen negocio, brinda ayuda. Y la gente encuentra esa ayuda y se sigue volcando, pero no me parece una moda porque tendría que ser algo más efímero: Esto con el tiempo adquiere un crecimiento, una mayor búsqueda. Así como hay vacuna para el cuerpo, hay vacunas la mente. Y mientras haya epidemias para la mente van a seguir siendo necesarias.