Nunca confíes en el artista. Confía en el relato. La función correcta de un crítico es la de salvar al relato del artista que lo creó. D.H. Lawrence
En estos cuentos el lector hallará el enredo clásico de viaje en el tiempo, asesinatos que son develados en una taberna, sueños, viajes interespaciales, alimañas extrasensoriales y guiños del autor que nos introducen en claves literarias, historias en las cuales encontramos personajes de ficción. Aborda también temas que nos llevan a muertes misteriosas, vampiros, realidades paralelas, orden de causa y efecto o, a veces, la ausencia de ambos.
Antonio Las Heras pareciera decirnos en sus breves relatos que nadie está a salvo de cruzarse con entidades no terrenales las cuales interactúan en nuestra realidad. Puede ser en la intimidad de una habitación, a orillas del Nilo, en el Parque Lezama, un pueblo lejano o una isla; una carretera, castillos simbólicos, cámaras funerarias, carpas frente al mar… Quizá sean sombras, seres angélicos, mundos inmateriales, invisibles e incluso voladores. A veces se manifiestan mediante ruidos, oleajes, pesadillas. La mayoría no tiene rasgos definidos.
Recomiendo leer estas páginas al atardecer, frente a una ventana. Nadie está a salvo de toparse con algunos de estos seres. Son los sin rostro, entidades que se cruzan con nosotros. Reitero, sugiero que no lo lea de noche. Por la tarde, con una copa de vino y la ventana cerrada. Por último: recuerde que Aristóteles definió la fantasía como “la facultad de reproducir los datos de las sensaciones en ausencia de los objetos que la habían provocado”‘.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 26 de noviembre de 2021